
¿Aún no eres adorador? Te propongo meditar este Evangelio, según San Mateo, que te ayudará a comprometerte con Él:
Cuando los fariseos se enteraron de que Jesús había hecho callar a los saduceos, se reunieron con Él, y uno de ellos, que era doctor de la Ley, le preguntó para ponerlo a prueba: “Maestro, ¿cuál es el mandamiento más grande de la Ley?”
Jesús le respondió: “Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todo tu espíritu. Éste es el más grande y el primer mandamiento. El segundo es semejante al primero: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos dependen toda la Ley y los Profetas”.
La Capilla te ofrece una forma, entre muchas, de:
- Amarás a Dios manifestándole lo que te alegra visitarlo en la Eucaristía.
- Amarás a tu prójimo porque con tu hora colaboras para que la Capilla esté abierta siempre y nuestros hermanos, que necesitan hablar con Jesús, tengan un lugar tan especial para hacerlo.
Y recuerda que el Señor devuelve siempre el ciento por uno.