Lo que pasa ante el Santísimo

Capilla de la Adoración Perpetua de Santiago

«Los monjes de Cluny, en el año 1.000, cuando iban a comulgar se descalzaban, sabiendo que allí estaba la zarza ardiente, y que el misterio ante el cual Moisés se arrodilló estaba allí presente. La adoración hace religiosa nuestra vida. Es necesario redescubrir el gozo de nuestra pequeñez ante Dios», afirmó el arzobispo de Santiago de Compostela, Julián Barrio, al inaugurar a finales de enero la primera capilla de adoración perpetua en la ciudad.

«Cuando adoramos, permitimos que Jesús nos sane y nos cambie. Adorar es hacer un éxodo de la esclavitud más grande, la de uno mismo, porque adorar es poner al Señor en el centro», indicó monseñor Barrio, quien valoró también la responsabilidad de la ciudad de acoger a tantos peregrinos «que muchas veces demandan lugares tranquilos para orar en silencio». «Esta capilla puede ser un gran servicio para ello, y para la diócesis será una fuente de fecundidad apostólica», aseguró.

Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo, Alfa y Omega

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