Santiago
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“La adoración es un gesto de amor que cambia la vida”
Queridos hermanos y hermanas, hoy cada uno de nosotros puede preguntarse: “¿Soy un adorador cristiano? Muchos cristianos que oran no saben adorar. Hagámonos esta pregunta. ¿Encontramos momentos para la adoración en nuestros días y creamos espacios para la adoración en nuestras comunidades? Depende de nosotros, como Iglesia, poner en práctica las palabras que rezamos hoy en el Salmo: «Señor, que todos los pueblos te adoren». Al adorar, nosotros también descubriremos, como los Magos, el significado de nuestro camino. Y, como los Magos, experimentaremos una «inmensa alegría» (Mt 2,10). Papa Francisco en la Misa de Epifanía
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En Santiago
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Campaña 1 hora
Hoy hemos estado varios adoradores en la parroquia Divina Pastora invitando a hacersa de la Adoración Perpetua. Seguiremos unas semanas más recorriendo más parroquias.
Quince minutos en compañía de Jesús Sacramentado
Ponte en la presencia de Dios ¿Qué es eso? Pues tener en cuenta que estás con Jesús y hablar con Él con la familiaridad con la que se habla con los amigos. Haz la señal de la cruz y empieza tu oración, tu diálogo con Él, con esta oración preparatoria: “Señor mío y Dios mío, creo firmemente que estás aquí, que me ves, que me oyes, te adoro con profunda reverencia y gracia para hacer con fruto este rato de oración, Madre mía Inmaculada, San José, mi padre y señor, Ángel de mi guarda, interceded por mí” Después puedes ponerte a la escucha, y el Señor, que está frente a ti, abrirá el fuego:
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Oremos

Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, yo te adoro profundamente y te ofrezco el Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de nuestro Señor Jesucristo, presente en todos los Sagrarios del mundo, en reparación de los ultrajes con los que El es ofendido. Por los méritos infinitos del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María, te pido la conversión de los pecadores.
Esta es la oración enseñada por el Ángel a los videntes de Fátima mientras sostenía un cáliz sobre el cual flotaba una hostia consagrada de la cual caían gotas de sangre:
¿A dónde ir?
«Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis vuestro descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera.» San Mateo 11,28-30
El Hambriento del Sagrario

Mientras haya en el Sagrario un “Hambriento” y pobres hambrientos junto al Sagrario, no habrá tiempo en esta “Obra” para pensar, hablar, comentar o tratar otros intereses que no sean la Eucaristía y los pobres. Baltasar Pardal Vidal
¿Quién lidera el mundo?

La adoración eucarística fue la universidad de mi vida, de ella aprendí el silencio, la teología de la historia. ¿Quién lidera el mundo? ¿Trump, Macrom, la Merkel? No, el mundo es guiado por ese pequeño e indefenso pedazo de pan, que parece no hablar. En la medida de nuestra costumbre con Él, la Eucaristía nos habla continuamente y nos revela ciertos horizontes que nuestro diario afán ni siquiera sabe cómo conocer. Durante la adoración eucarística podemos ver los horizontes del universo, de la caridad universal del Padre, los horizontes de su abajamiento a los infiernos del mundo para elevar al pueblo a su rostro y a su beso. Sí, bésame Señor con los besos de tu boca, así comienza el Cantar de los Cantares. En la Eucaristía y en la adoración eucarística, besa Él continuamente a nuestra humanidad y nos lleva de nuevo a la experiencia conyugal de nuestro sacerdocio. Espero que haya más centros de adoración perpetua en nuestra diócesis. Pido a Nuestra Señora en este Año Santo del Ghiara, que crezcan los lugares de peregrinación en nuestra diócesis, como una vigilancia suprema y ayuda a los pobres. ¿No puede nuestra fraternidad renacer de todos estos caminos? Profundizando nuestra pertenencia a Cristo y a la Iglesia, nosotros, que somos un cuerpo, un espíritu, que tenemos una sola esperanza, como dice San Pablo, en la carta a los efesios, descubrimos ser miembros unos de otros porque somos miembros de su cuerpo.
Mons. Massimo Camisasca, Obispo de Reggio Emilia, Italia,
Mayo 4, 2019